martes, 6 de julio de 2010

Mi máquina del tiempo

Quien ha dicho que la máquina del tiempo no existe? ...



Está claro que los viajes en el tiempo todavía no existen. Ni los viajes en el tiempo ni el traslado de materia orgánica. Sabemos de algunos relatos que no dejan de ser leyendas urbanas donde tal o cual Crononauta a llegado del futuro para hacerse rico y no se que mas cosas. Supongo que falta mucho todavía para que podamos acercarnos a una empresa de viajes en el tiempo y poder saciar nuestra curiosidad con un tour de cuatro o cinco días en la época de nuestra historia que mas nos apetezca.

No extraña a nadie sinembargo que en base a este supuesto se hayan escrito un sinfín de novelas de Ciencia Ficción. Os recomiendo una "El Libro del día del Juicio Final" de Connie Willis, para mi estupenda y paradigma de las novelas basadas en la teoría de saltos en el tiempo, sobretodo en la contraposición de las mismas situaciones y su trato y evolución en base a contextos distintos.

Otra cosa son los transportes de matéria. Se están realizando a día de hoy pruebas que empiezan a dar sus frutos. Evidentemente con cuerpos sólidos pequeños y trasladados a distancias mínimas. Si no recuerdo mal se está realizando por parte de científicos Israelies y Norteamericanos.
De todas maneras estoy seguro que el transporte de materia orgánica irá evolucionando y finalmente será posible teletransportarse al estilo Star Trek de un lugar a otro.

Normalmente los escritores de Ciencia Ficción, basan el argumento de sus novelas en avances científicos en proceso de evolución o prueba, que verán la luz 50, 60 o 70 años mas adelante. Un escritor de Ciencia Ficción suele ser alguien cercano a la comunidad Científica o como mínimo con acceso a ella. Julio Verne sin ir mas lejos, el escritor clásico por antonomasia de ciencia ficción y aventuras, era un intelectual de la época que tenía contactos con los científicos e inventores mas avanzados de su tiempo. En concreto por ejemplo se sabe que conoció las pruebas de primera mano que Narciso Monturiol, realizó en el puerto de Barcelona en 1857 con sus prototipos, Ictineo I e Ictineo II, en la busqueda de conseguir la navegación Submarina. De haí surgió la espita que se convirtió en la fantástica novela 20.000 Leguas de Viaje Submarino. O por ejemplo no debemos olvidar que inventos como el fax ya fue presentado en la Exposición Internacional de París de 1889 o incluso un precursor de internet ya lo utilizaba el estado mayor Norteamericano en los años 40.

La realidad que vivimos, no es mas que la consolidación de nuestros avances de hace 50 o 60 años.

De todas formas el post no va por ahí, mi máquina del tiempo es mucho más sencilla. Yo puedo certificar a día de hoy que existe la máquina del tiempo y que todos la utilizamos habitualmente. Tiene un conducto común que hace que se ponga en funcionamiento, y no es otro que la música.

La música es mi particular máquina del tiempo. Es escuchar una canción determinada y mi mente se teletransporta a un momento concreto de mi vida. En ese momento la mente funciona como un retroproyector de última generación y se aparece tal o cual situación, lugar o persona con todo lujo detalles.

Son solamente unas cuantas melodías o canciones las que tienen la llave de la máquina, pero cuando estas aparecen se habré el telón y emerge el escenario de mi vida en un momento o situación concreta.

En ese momento revives la situación como si estuvieras de nuevo en ella y por tanto aflora la nostalgia, los sentimientos, en definitiva el reencuentro con tu vida pasada.

Por lo tanto la maquina del tiempo existe y no es otra que nuestro propio cerebro que alimentado por el combustible de nuestra experiencia nos va recordando de vez en cuando nuestros pasos por la vida, utilizando la música como hilo conductor.

Por ejemplo hace unos días entrando a cotillear el Blog de mi amiga Lillu. En el tiene un post colgado dedicado a Suzanne Vega , la canción en concreto que en aquel momento subió el telón de mi máquina del tiempo fué "My name is Luka" .... me teletransporté a 3º de BUP, Academia Fivaller (Gran Vía de Barcelona) dia soleado, mucha luz entrando por los grandes ventanales, descanso entre clases, un Walkman a medias con Emma, la canción ... incluso el olor a bocata a medio comer ... durante unos segundos, yo estaba allí.


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